kalina de Bulgaria, una princesa atípica.


 Esta es kalina de Bulgaria, una princesa que como ella  dice: princesa se nace no se hace; es cierto, las que han llegado a una edad tardía han podido aprender, y algunas lo hacen muy bien, pero el comentario de ella tiene algo de cierto, modales y comportamientos y sobre todo una actitud que observo entre las que nacieron que carecen las recién llegadas,que solo se aprende desde la cuna.

kalina dice sentirse búlgara, vive en Bulgaria, es la única de la familia, y su hijo Simeón Hassan ( un guiño a Marruecos) es el único nacido en el país.

Kalina tiene un punto transgresor que no suelen tener las princesas pero lo lleva con elegancia, vive alejada del foco mediático, del quien va mejor vestida, quien lleva el mejor collar, amén de asistir a actos varios donde se va más para ser vista, que por interés de lo que se expone.Trabaja en el comité de dirección del Museo de Vrana en Sofía ( por lo menos trabaja, aunque estos trabajos suelen ser livianos).Digo esto porque vive a caballo entre  Vrana (Sofía)  y Tsartka Bristiska, de lo cual deduzco que va a trabajar cuando "puede".

kalina pasa muchas horas entrenando y este es el resultado, todo en la vida tiene un punto intermedio, pero ella es feliz así.

A ella Marruecos le encanta, pasó allí unos cuantos años, y ha conseguido que el espectáculo ecuestre de Tbourida sea reconocido como patrimonio de la humanidad, eso le supuso una llamada del Rey de Marruecos y de su hermano, imagino que también un buen regalo, porque Mohamed VI me consta que es generoso, el hermano no lo sé.

Abajo con su hijo de 15 años, pues también hacen boxeo. Una princesa atípica, pero princesa al fin y al cabo. Y todas tienen un denominador común si emprenden algo, tienen a los hados del firmamento ayudándolas, léase Unesco, y otros organismos similares. Si publican un cuento para niños, u otra historia similar, habrá tortas por publicarles el libro, eso es lo que las hace princesa.







Comentarios

Entradas populares de este blog

La comunión del siglo

El obispo y las monjas.

Bailando Larache o recordando la ciudad azul.