Papables y no tanto.

En Londres  las casas de apuestas ya están elaborando las listas de papables, pero posiblemente anden lejos.

La web católica Infovaticana, tipo periódico digital, conservadora y controlada desde el Vaticano abrió una lista de papables, con el fin de quemarlos. Algunos están ya achicharrados, entre ellos el Cardenal Zuppi, el más progresista de todos, y Parolín que no lo es tanto pero era hombre de confianza del Papa y no lo quieren ni en pintura, el de Ghana y Guinea Ecuatorial también estaban en la lista de papables de Infovaticana todos los que salgan en la lista de Inovaticana es  porque no los quieren.

       Según leo en prensa independiente y creo que están en lo cierto, al futuro Papa no le hemos visto el rostro, lo están preservando.En mi opinión es un italiano, o como mucho un europeo, dicen que hay gente de valía como el Cardenal de Mexico, pero otro sudamericano en la sede de San Pedro no quieren, todo lo procedente del continente sudamericano tiene tintes rojos. Un hombre del que también se ha oído hablar es el Cardenal de Hungría, en la onda de Abascal, para terminar pronto con los calificativos.

  Yo voy a poner rostro a un futuro Papa. Jean Claude Evelyn, Cardenal de Marsella, no se mucho de él, pero un rostro dice mucho, porque un Papa tiene que tener ese algo que lo define como tal  y que yo no sé explicar.

     Los españoles en su mayoría se han auto excluido, y es que hoy ser Papa es un marrón, con la que hay liada en la iglesia, donde hay autenticos clanes. 

    Algunos cardenales no sabían que en Timor Oriental había un cardenal que viene al conclave, lo primero que hay que hacer es situar a Timor Oriental en el mapa, y luego ya veremos.

      Realmente los que tienen posibilidades son un puñado de como mucho 6/7,de Portugal también se ha hablado pero el portugués tiene 59 años, demasiado joven, elegir a un hombre joven es tenerlo en el papado 25 años o más, si no enferma, y eso es arriesgado.

         Posiblemente no hayamos visto el rostro del futuro Papa, ni yo ni los periodistas que pululan por las web católicas en busca de un rostro.