La Codicia de algunas.
La codicia también conocida como avaricia es unos de los siete pecados capitales, casi todos los humanos adolecen de alguno, y a veces más de uno. Solemos fijarnos en el del vecino pero no solemos ver el nuestro.
Llevo unos días oyendo hablar a Paquirrín, hijo de la Pantoja, y vaya culebrón que nos ha traído el 2020, vaya año horribilis. De todos los pecados capitales hay dos que yo llevo mal, la soberbia y la codícia,en la biblia avaricia. El avaricioso no suele ser generoso, salvo que le interese.
El avaricioso suele terminar peor que cualquier otro que tenga un pecado capital, pues eso crea un lastre entre la familia y allegados, ayer lo vimos en la figura de Paquirrin, el pequeño del alma, que ha sacado los pies del tiesto, no sabemos si de propia iniciativa o con ayudita. La mujer dice que ella no tiene nada que ver, éstas cosas son difíciles de demostrar. Dentro del mundillo de los codiciosos hay grados, pero la Pantoja parece estar en el máximo, fue incapaz de respetar el testamento del marido, presentándose con un experto en abrir cajas fuertes y se llevó lo que allí había, no le dio a los dos hijos mayores del torero lo que por ley les correspondía, lo de ley es un decir, esto es peor que Corea cuando hablamos de ley. Me pregunto porque no dio el juez una orden de entrada en su finca y le obligó a darles lo que el padre les había dejado.Aún estamos lejos de una justicia algo justa. Solo cuando e comete un crimen actúan.Pero los testamentos son pecata minuta.
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