Turistas y viajeros.Visitando cementerios.

 Hay un matiz, el turista visita lo fundamental, el viajero busca algo más. Si hace 30 años alguien hubiera dicho que le gustaba visitar cementerios, lo hubieran tomado por loco o marginal, hoy las cosas han cambiado, no digo que seamos multitud, pero ya llevo visto algún que otro blog donde la viajera visitó un cementerio.En Praga el de Josefov es de visita obligada, pero el resto no, de hecho raramente se visitan.

El cementerio de  Olšany en Praga desprende algo especial, difícil de describir, es un cementerio que se crea en el Siglo XVII a raíz de una epidemia de peste, el 90% de los enterrados allí murieron por ésta pandemia que asoló Europa.En origen el emperador prohibió los entierros en los cementerios que estaban próximos a la ciudad, hoy no queda lejos, pero es que Praga es pequeña, y en el S.XVII todavía lo era más. Hay dos millones de personas enterradas, incluidas algunas celebritis, hasta donde se, se estuvo enterrando hasta 1980.El lugar invita a la meditación.

Es un paseo por el arte a cielo abierto. 

Antiguamente la gente se gastaba una fortuna en la tumba, se ahorraba para ello, pero la vida ha cambiado, y excepto en México donde se derrocha pero en otro plan, casas, coches sobre la tumba, mariachis por la noche, en fin un espectáculo chabacano por mucho que a veces se hable de tradiciones; nos escudamos en tradiciones de todo tipo que dejan mucho que desear.

Hoy la mayoría de los cementerios son sencillos, una tumba sin más, en granito, el mármol ha caído en picado, no se si es porque se deteriora con más facilidad.

Hay otras opciones más alegres como el de Saint Tropez, con vistas al Mediterráneo, en la ciudad donde nací, el llamado cementerio de la Marina da a un acantilado frente al Océano Atlántico. Me quedo con éstos últimos.En el de la Marina está enterrado Genet y Goytisolo, también tiene su caché.

Los cementerios nos dan una idea de como son sus habitantes.

Aquí dejo el de la Marina, en mi ciudad natal, Larache. Digno.La tumba cercada es la del escritor francés Jean Genet.