Coronadas.

Suelo entrar en revistas especializadas en la realeza, concretamente Point de Vue y Royal Blog, y eso que no soy monárquica, pero debe haber una contradicción en mi, que ni yo misma se explicar.

En el mundo de las coronadas suele haber una sonrisa permanente, que se ve no es forzada, hay una felicidad perenne en casi todas, quizás la excepción sea  Charlene de Mónaco, y la Reina Sofía que ha pasado por momentos difíciles, también las hijas, sobre todo Cristina, pero es que no es lo mismo nacer con un mal fario que buscárselo, hay que distinguir entre codicia y  vivir bien, ella vivía bien pero no fue suficiente, a eso voy.

En cuanto al resto parecen todas felices, porque la felicidad es como la prueba del algodón,no engaña. El aspecto económico que muchos creen es superficial, por considerarlo material no es ajeno a ello. La felicidad es algo más que eso, pero desde que nacen saben que ese tema está asegurado, quizás no otros, pero no tendrán que ponerse nunca en la cola del paro ni demostrar que valen para esto o aquello porque las puertas suelen estar abiertas para ello, tampoco están obligadas a trabajar, o suelen hacerlo en una fundación patrocinada por el gobierno de turno, y aparecen de higos a brevas.

La hija de Harold de Noruega, la de los ángeles, escribió un libro de cuentos para niños, y todas las editoriales quisieron publicarlo, que lo intente una ciudadana de a pie... a ver. Son pequeños detalles.

A lo largo de la historia, dirán algunos, ha habido príncipes desdichados, pero si lo comparamos con el resto de los mortales son tan minoritarios que el tema pasa desapercibido. Si el objetivo es tener descendencia tampoco tendrán problemas, siempre habrá algún conde suelto por ahí,  dispuesto a hacer el favor de casarse.Antes no todos los matrimonios eran por amor, ahora las tornas han cambiado, de lo cual me alegro.

Hoy vi a Mette Marit, risueña como siempre, una sonrisa en ella algo forzada, apretando dientes, y eso que anda mal de los bronquios con una fibrosis quística, se imaginan  a una obrera  con fibrosis quística, con lo jodida que es, tener que ir todos los días al trabajo,, a éste tipo de cosas voy; el marido sigue estando enamorado; cuenta Hakoon Magnus, que cuando ella entra en algún lugar éste se ilumina, y fue así como la conoció, la vio y Cupido hizo el resto, ese cruce de miradas mágico.. y su vida cambió, sus padres lo entendieron, porque ellos tuvieron tantos problemas, el noviazgo duró ocho años, que no quisieron que su hijo pasara por ese calvario. 

Podría seguir contando,, como van a estar tristes, si incluso cuando caen enfermos tienen a los mejores médicos,los últimos tratamientos, esto también sucedió en la Cuba de Castro y la Rusia de Breznev, mezcla de dinero y poder. Yo leí algo sobre el caprichoso de Breznev, que no llevaba corona, pero si una hoz y un martillo y en cierto modo era un príncipe pues tampoco fue elegido por el pueblo.

La belleza tampoco es una tontería, abre puertas y pocas se cierran, tienes que ser muy torpe para que suceda,  hay casos, pero todas éstas princesas , algunas ya reinas no son feas ninguna, buena alguna en concreto, pero no tengo tan mal gusto como para nombrarla, aún así le salió un novio y se casó, un novio con complejo de dandy, formó su familia y luego tu a Nueva York y yo a California.




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