Historias de Fes.
Los años que viví en Fes fueron especiales, no me he planteado volver porque sería un recordatorio doloroso, amigos que ya no están en su mayoría, muchos han fallecido y gracias a FB lo he sabido, gente que dejó una huella en mi, y eso no es fácil de encontrar. La huella puede tener distintas lecturas, y en Fes hubo de todo pero todo fue positivo.
Yo vivía en un bonito lugar, una villa cerca del palacio real, como a unos 500 metros, y con un bosquecillo de pinos y encinas a mi derecha, mi apartamento estaba en la planta baja de este edificio, y las personas que se ven son Alice y Shalon Chocrun, excelentes en todos los aspectos y ahh,, educados.
Algunas tardes subía a tomar el té con ellos un té son shiva (ajenjo/absenta)* al gusto fasi, y el Sr Chocrun gustaba de contarme historias de la ciudad, de como vivían los judíos a principios de siglos, incluso alguna historia familiar. Y así fue como un buen día me contó lo que acontinuación narro, algunos pensaran que es ciencia ficción, allá cada cual, pero sé con absoluta certeza que el Sr Chocrun jamás inventaría algo así.
Esto sucede en los años 50 sin precisar año y si lo dijo no me acuerdo.
En aquella década apareció en la ciudad un rabino procedente de Polonia, no le pregunté en su momento, que hacía un rabino procedente de Polonia en Fes, a saber por qué llegó, pero en todo caso no era asunto de mi incumbencia. Como el matrimonio tenía varios apartamentos en la planta baja ( en uno de ellos vivía yo, y aprovecho para decir que carecía de ciertas comodidades pues aquello era algo rudimentario, pero no fueron necesarias) el rabino se instaló por unos días en uno de ellos, y algunas tardes también subía a tomar el té a casa de ellos; y una de esas tardes llegó por un asunto de trabajo un matrimonio joven de unos veinti pocos años, llevaban cinco casados y no habían tenido hijos, según la ley judía, él podía divorciarse sin más, porque se suponía que la responsable era ella, la otra opción que contempla la ley judaica era que tomara a una segunda esposa, entre los judíos de Fes no era costumbre, sobre todo si eran gente "modernizada", y estaban ya en un pre divorcio; cuando el matrimonio se fue, Shalon le comentó al rabino la situación y este dijo: no se preocupe, yo voy a solucionar esto, del primer niño que se circuncide guardarme el prepucio, dicho y hecho, en aquellos años las familias eran muy numerosas, solían tener una media de 6/8 hijos, incluso algunos, más, conocí a una familia que tuvo 11, y andaban desperdigados por el mundo, pero su madre no los echaba mucho en falta, la vida era así.
Raro era el día que no nacía un niño en la comunidad, y fue entonces cuando aquel rabino, una vez conseguido el prepucio, llamó a la pareja e hizo un guiso con él, mientras se cocinaba pues aquello era bastante duro, y fueron necesarias varias horas de cocción, el rabino decía unas palabras acompañadas de gestos, palabras en hebreo antiguo, cuando el guiso estuvo listo se lo dio a comer y mientras lo comían puso sus manos sobre las cabezas de la pareja pronunciando unas últimas palabras, aquello parecía estar listo para la llegada de un bebé, y así fue, dos meses tarde Shalon Chocron fue el primero en saber que los señores XX nunca supe el nombre, iban a tener un hijo.
Yo esta historia se la comenté una vez a una persona judía y me dijo que nunca había oído nada igual, que posiblemente eran prácticas ancestrales no exentas de cierta hechicería que podían ser normales entre los judíos del norte de Europa pero no de los sefarditas.
Conclusión sobre esta historia.
El universo parece dar a veces oportunidades fuera de la lógica, en aquellos años estaba lejos la fecundación in vitro, pero lo mismo que para esta hace falta un especialista en la materia, no todo médico puede hacerla, para lo que hizo aquel rabino, también, no todos podían hacerlo, por alguna razón que se me escapa, aquel hombre que llegó a Fes, posiblemente tuvo alguna que otra misión que cumplir. Quizá el mensaje sea que no hay nada imposible y que los milagros existen porque el milagro no tiene lógica.
* La shiva nombre árabe de la absenta es una planta muy amarga que hay que tomar con moderación, particularmente no me gusta mucho pero la tolero, cuando tomaba té en casas particulares sabía que la pondrían, en cafetines solían preguntar.En Larache no es costumbre, sirve para combatir el frío.
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PD.Me comenta Carlos Tessainer que en aquellos años, desde finales del XIX hasta la independencia de Marruecos, era normal la presencia de estos rabinos con fama de Tsadik (santos) que hicieran como una peregrinación visitando países y ayudando con sus "poderes".
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