El cementerio judío de Avellaneda (Argentina)


                                        Esta historia es relativamente conocida, yo la supe porque en los años que viví en Sevilla era aficionada a la literatura yidish y un autor la narró en una novela, era una historia cierta  enmarcada dentro de un libro de ficción, creo que se llamaba el El Imperio de Kardám el lisiado.

A finales del XIX hubo una hambruna muy grande en Rusia y Polonia, los miembros de la comunidad judía resultaron más afectados que el resto porque solían tener una media de 7-10 hijos, entre epidemias y progroms que también los hubo, sus vidas eran difíciles. Y en eso aparecieron unos hombres judíos procedentes de Argentina, bien vestidos, afables, y con una buena billetera en el bolsillo. Contactaron con los miembros de la comunidad y les ofrecieron llevarse a muchachas jóvenes a trabajar en casas de judíos ricos como servicio doméstico. Hubo algunos padres que desconfiaron, porque solo elegían a aquellas que tenían un físico aceptable, desechando a otras con más fuerza física, pero otros creyeron en la buena voluntad de aquellos hombres y ofrecieron a alguna hija, los hombres pagaban una cantidad razonable por ella a cuenta, luego ella iría mandando poco a poco.

Cuando llegaron a Argentina fueron encerradas en los distintos burdeles que habían creado, y en concreto en el de Avellaneda, que entonces ni se llamaba así. El líder del grupo era Noe Trauman y la sociedad se llamaba Zwi Migdal, que era una red de trata de blancas. Las chicas fueron encerradas en habitaciones donde había una cama, un armario y una palangana para lavarse, sus vidas se convirtieron en un infierno. 
Raquel Liebeman

En Argentina se sabía lo que ocurría, pero las casas de tolerancia siempre han sido aceptadas y encubiertas como una necesidad. Hubo que esperar a que esta mujer llamada Raquel Lieberman comprara su libertad y montara un negocio, pero después volvió a ser secuestrada, pudo escapar y denunció ante el tribunal supremo, fue entonces cuando aquello paró, pero ya había muchas mujeres muertas de sífilis, tuberculosis y palizas que algunas recibieron. 

Al principio las enterraban en un apartado del cementerio judío, pero aquello iba en aumento y la comunidad dijo que no admitía más entierros allí, así que pusieron una valla, y compraron el terreno anexo, donde fueron enterrados todos, prostitutas forzadas y proxenetas.

Hoy es conocido como el cementerio de los impuros. Algunas voces en Argentina han querido limpiar el cementerio y hacer un homenaje a las allí enterradas pero a día de hoy no se ha hecho nada

Comentarios

Publicar un comentario

cecilia.marruecos@gmail.com

Entradas populares de este blog

La comunión del siglo

El obispo y las monjas.

Bailando Larache o recordando la ciudad azul.