Descubriendo Albatera.

  Cuando me vine a vivir a Albatera, vine como quien dice a ciegas, vi un piso  con piscina, y decidí venirme. Al principio todo me parecía extraño, y he necesitado dos años casi tres, para ir apreciando las bondades de la ciudad. 

El descubrimiento ha sido lento. Este palmeral que ven a la izquierda no lo conocía, fue hoy y de forma casual que lo vi, pues hay que meterse por un sendero;  me he enamorado del lugar, pero es que a mi las palmeras me gustan, y  la naturaleza también. Estaba solitario, y me da que los lugareños no lo conocen.

El lugar tiene un punto salvaje, y eso me gusta. Las palmeras generan mucha suciedad, estas son algo distintas a las de Marruecos, no son datileras y en la parte de abajo, el tronco hace como una oquedad, como si fuera una cueva, y ahí anidan animales, en un par de palmeras han hecho unas casitas para gatos, y están protegidos del frio y del calor, así como de la lluvia.

Otra cosa que he observado es la luminosidad, todas las ciudades no la tienen,sin ir más lejos ni Elche ni Crevillente, no es pasión, pues no soy de aquí. Yo además tengo la suerte de vivir frente a un palmeral, no es este que se ve aquí, es otro. Hay también un buen parque conocido como el Parque de la Huerta.

La valoración de una ciudad no es para todos igual. De servicios no está mal, excepto el transporte, es la asignatura pendiente.

Hay un lugar donde aún no he ido, pues me coge algo lejos de casa, es la Rambla salada. Así a simple vista se diría que es uno de los parques naturales de American, el llamado Gran Canion.

Dejo dos fotos. 

Hay también una laguna pero está más próxima a San Isidro, la distancia es de 3 kms.

En Albatera hubo un campo de concetración.

Pero durante años, fue un tema tabú. De aquello no queda nada.

Está también rodeada de montañas pero no es un lugar frío. 

Y por último hay muchas granadas. Tengo un vecino que tiene un campo y me trae de regalo durante la temporada.

Y las patatas con bacalao conocido como el caldo rojo, el plato típico de la ciudad