El espía perfecto.

 

  El espía perfecto casi existe, digo casi, porque todos se relajan, y terminan siendo descubiertos.En este caso ha sido un topo de la policía infiltrado en un movimiento libertario de Barcelona. Era un seductor, tuvo relaciones con varias mujeres del grupo, y todas lo describen con cierto encanto. Y es que los espías, los buenos, tienen cierto charme, algunos incluso cierto carisma. He leído sobre espionaje y no todo el mundo puede ejercer este trabajo, por lo menos cuando requiere de trabajar en grupo, infiltrarse y sacar información. 

Los servicios secretos españoles siempre han sido mediocres, a decir de Pilar Urbano, buena conocedora, y escritora de algún libro al respecto, que en su momento leí. 

Infiltrar a un topo en un movimiento libertario puede ser fácil, otra cosa es dentro del independentismo. ¿Habrá alguno?

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