La historia de Rafael, apodado el narices.
Era muy conocido en la ciudad, siempre andaba de un lado para otro con su abrigo, si era invierno y una especie de levita o chaqueta larga si era verano.
Se le daba bien escribir cartas, y solía hacerlo a personajes de cierta relevancia, presidentes incluidos, algunos llegaron a contestarle y él guardaba las cartas
Cuando yo lo conozo fue en los años 80, en la segunda década. Un día dos amigas y yo, una de ellas judía fuimos a visitarlo a su casa, no recuerdo el motivo, pero vivía al final de la Calle Real entrando por el zoco chico, tenía dos hermanas, una había fallecido hacía algún tiempo, y la otra estaba ciega, y tendida sobre una cama, la casa era un revoltijo difícil de definir, debía padecer el Síndrome de Diógenes, quedamos impactadas de ver aquello.
Nos contó que el sueño de su vida era vivir en la Calle Chinguitis, y por una carambola del destino al poco tiempo una casa propiedad de un judío, arriba de la camisería del Barco, quedó libre, y Assayag que era el administrador se la cedió para vivir. La casa tenía un aseo, una cocina y una sola habitación grande donde pusieron dos camas, en una dormía Rafael, y en la otra su hermana, creo recordar que se llamaba Simi.
Algunas tardes,mis dos amigas y yo ibamos a verlo, era diabético, pero nos pedía un merengue de Montecatine, ya era muy mayor, debía estar metido en los 80 largos o quizás más. El sacerdote de la iglesia también fue a visitarlo en alguna ocasión y le daba algo, pues vivía de la caridad.
Una vez que su hermana la ciega falleció, Rafael quedó muy solo, y la "comunidad" (No había más de 10 judíos) decidió llevarselo al Hospital Benchimol, que entonces hacía las veces de asílo de ancianos. Rafael no quería ir bajo ningún concepto, el lugar no tenía buena prensa, no sé si es cierto o no, pero me limito a contar lo que oía.
Falleció en el 89/90. Creo que al final se lo llevaron al Benchimol, así que debe estar enterrado en Tánger. De esta historia hay algo más que me contó mi amiga española, una anecdota pero no puedo contarla.
Arriba el Hospital Benchimol.

Comentarios
Publicar un comentario
cecilia.marruecos@gmail.com